domingo, 24 de octubre de 2010

El Alquimista de Paulo Coelho

Este es el comienzo del cuento "El Alquimista" de Paulo Coelho. Leerlo y reflexionar respondiendo a las preguntas sobre el mensaje que intenta comunicar. Lo trataremos en la tutoría del próximo día:
El Alquimista cogió un libro que alguien de la caravana había traído. El volumen no tenía tapas, pero consiguió identificar a su autor: Oscar Wilde. Mientras hojeaba sus páginas encontró una historia sobre Narciso.
El Alquimista conocía la leyenda de Narciso, un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un lago. Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayo dentro del lago y se murió ahogado. En el lugar donde cayó nació una flor, a la que llamaron narciso.
Pero no era así como Oscar Wilde acaba la historia.
Él decía que, cuando Narciso murió, llegaron las Oréades - diosas del bosque - y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulce que era, en un cántaro de lágrimas saladas.
- ¿Por qué lloras? - le preguntaron las Oréades.
- Lloro por Narciso - repuso el lago.
- ¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! - prosiguieron ellas-. Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplar su belleza.
- ¿Pero Narciso era bello? - preguntó el lago.
- ¿Quién si no tú podría saberlo? - respondieron, sorprendidas, las Oréades-. En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.
El lago permaneció en silencio unos instantes. Finalmente dijo:
- Yo lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza.
-¡Qué bella historia! - dijo el Alquimista.

¿Que relación tiene Narciso con nuestra identidad como adolescente? ¿Debería salir Narciso en nuestro mural? ¿Cómo podemos representar a Narciso según la clase 3ºA del IES. El Arenal?

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